Leía una
entrevista que le hicieron a Bill Gates, ya no es una cuestión de ¿y si?, es una cuestión de tiempo que los libros digitales dominen, tienen muchas ventajas, pero , a nosotros, los miembros de la
generación Y, que hemos sido los que hemos vivido más el cambio, de pequeños teníamos
walkmans de
cassette y hoy tenemos streaming desde la nube a nuestros smartphones, todavía nos ha tocado apreciar los libros como joyas, una suerte, y una posibilidad muy remota, el encontrarme con este libro que tiene mi edad, fue hecho por un español trotamundos , para un público español, por una editorial que no conocía , en una presentación de la que casi no tengo ejemplares, y estuvo esperando muchos años a que lo comprará, se paseaba frente a mi en la universidad, poco sabía yo en ese entonces, que un día, cuando volviera a pisar e
sas tierras de hormigas me atraería como un imán, y es que, de mi egreso (
el origen de este blog) al día de hoy, mucho ha cambiado .
Tanto es así, que el libro se me hace tan superado, y lleno de lugares comunes, que prefiero leer de nuevo el
Crisantemo y la Espada por ser más ambicioso, aunque este es más cercano a la realidad actual (
cercano, pero no tanto) , pero sus valores no están para gente como yo, es una buena lectura para los "no iniciados", y las fotos, uff, hay que ponernos a pensar en esa época, en que no había Internet, ni enciclopedias digitales como lo fue en los 90 la Encarta, este libro en su momento fue un tesoro, y hoy también lo es por una cuestión muy personal, habla de un Japón, ese de finales de los años 70, ya completamente establecido como una potencia mundial (
a punto de entrar en una crecimiento de locura en los 80) y bastante adaptado a los modos occidentales, pero todavía una aventura para los
gaijines que no temieran a lanzarse con los dos pies por delante para medir la profundidad del arroyo, casi como otro planeta, y un periodo que a este bloggero le llama mucho la atención, no se por que, pero me hubiera encantado visitar esa nación en esos años, así, sin Internet, sin microondas, ni siquiera walkmans.
Las fotos de los templos y los paisajes son geniales (
nada más de imaginar que eran de las que todavía se tomaban con cinta y no sabías en un segundo si habían quedado bien o no )
Total, que este libro da para añorar otra época, otras naciones, y otros modos de vida.