

Tanto es así, que el libro se me hace tan superado, y lleno de lugares comunes, que prefiero leer de nuevo el Crisantemo y la Espada por ser más ambicioso, aunque este es más cercano a la realidad actual (cercano, pero no tanto) , pero sus valores no están para gente como yo, es una buena lectura para los "no iniciados", y las fotos, uff, hay que ponernos a pensar en esa época, en que no había Internet, ni enciclopedias digitales como lo fue en los 90 la Encarta, este libro en su momento fue un tesoro, y hoy también lo es por una cuestión muy personal, habla de un Japón, ese de finales de los años 70, ya completamente establecido como una potencia mundial (a punto de entrar en una crecimiento de locura en los 80) y bastante adaptado a los modos occidentales, pero todavía una aventura para los gaijines que no temieran a lanzarse con los dos pies por delante para medir la profundidad del arroyo, casi como otro planeta, y un periodo que a este bloggero le llama mucho la atención, no se por que, pero me hubiera encantado visitar esa nación en esos años, así, sin Internet, sin microondas, ni siquiera walkmans.
Las fotos de los templos y los paisajes son geniales (nada más de imaginar que eran de las que todavía se tomaban con cinta y no sabías en un segundo si habían quedado bien o no )
Total, que este libro da para añorar otra época, otras naciones, y otros modos de vida.
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