El sábado, además de ver Cloverfield me quede en el cine a una cinta más, que también tenía ganas de ver, creo que desde Noviembre del año pasado y no estuvo tanto tiempo en los cortos, es la nueva película de Ridley Scott.
Se dice de este director que es de pocas pulgas y lo mismo se dice de Rusell Crowe, pero no es su primer trabajo juntos, así que deben haber encontrado el modo.
La historia de American Gangster se desarrolla a finales de los años 60 y hasta mediados de los 70, principalmente en la ciudad de Nueva York sumida en un caos con gente adicta, muchos traficantes y policías corruptos que solo quieren obtener su tajada, es la historia de Frank Lucas, un narcotraficante que creo rápidamente un imperio aprovechándose de sus contactos en Asia mientras los Estados Unidos sostenían una de las guerras más estúpidas de la historia y modifico su entorno distribuyendo una droga menos diluida a un menor costo, lo que para los adictos que gustan de ahorrar les pareció por demás razonable.
Llamó rápidamente la atención de sus competidores y de la policía que quería su rebanada del pastel, solo un oficial que a pesar de tener una vida desordenada tenía una fuerte ética de trabajo y su unidad pudieron capturarlo, apoyándose en la confianza mal depositada en su familia que comenzó a ser descuidada y codiciosa (aún más) provocando su fin, que coincidió también con la retirada con la cola entre las patas del ejercito Norteamericano del sur de Asia.
Se nota que Ridely Scott no es estadounidense, la cinta que supera las 2 horas y media no es la típica producción de Holywood que tiene en los 90 minutos su cifra mágica y eso que la edición le quito algo de pietaje.
Denzel Washington en su papel de un sujeto tranquilo que entre más tranquilo da más miedo está muy bien, es una apología del dealer que en algún momento podamos simpatizar con él, después de todo es lo que sabe hacer y lo ve como trabajo y tiene su propio juego de reglas o su código ético.
El personaje de Rusell Crowe, el detective Richie Roberts interactúa muy poco con el de Denzel Washington, solo hacia el final los vemos colaborar para atrapar a los oficiales corruptos de la ciudad de Nueva York.
Son esos últimos instantes de la cinta en los que realmente se siente que ya ha sido muy larga, pero no por ello deja de ser una muy buena cinta y es mi favorita para la futura entrega del Oscar.
La ambientación se siente muy lograda, yo no viví en los años 70 pero si se siente que todo concuerda, la música como en todos los filmes de Scott tampoco desentona, muy muy recomendable, valio la pena esperar a que los genios que determinan las fechas de estreno en México le encontraran un hueco.
Se dice de este director que es de pocas pulgas y lo mismo se dice de Rusell Crowe, pero no es su primer trabajo juntos, así que deben haber encontrado el modo.
La historia de American Gangster se desarrolla a finales de los años 60 y hasta mediados de los 70, principalmente en la ciudad de Nueva York sumida en un caos con gente adicta, muchos traficantes y policías corruptos que solo quieren obtener su tajada, es la historia de Frank Lucas, un narcotraficante que creo rápidamente un imperio aprovechándose de sus contactos en Asia mientras los Estados Unidos sostenían una de las guerras más estúpidas de la historia y modifico su entorno distribuyendo una droga menos diluida a un menor costo, lo que para los adictos que gustan de ahorrar les pareció por demás razonable.
Llamó rápidamente la atención de sus competidores y de la policía que quería su rebanada del pastel, solo un oficial que a pesar de tener una vida desordenada tenía una fuerte ética de trabajo y su unidad pudieron capturarlo, apoyándose en la confianza mal depositada en su familia que comenzó a ser descuidada y codiciosa (aún más) provocando su fin, que coincidió también con la retirada con la cola entre las patas del ejercito Norteamericano del sur de Asia.
Se nota que Ridely Scott no es estadounidense, la cinta que supera las 2 horas y media no es la típica producción de Holywood que tiene en los 90 minutos su cifra mágica y eso que la edición le quito algo de pietaje.
Denzel Washington en su papel de un sujeto tranquilo que entre más tranquilo da más miedo está muy bien, es una apología del dealer que en algún momento podamos simpatizar con él, después de todo es lo que sabe hacer y lo ve como trabajo y tiene su propio juego de reglas o su código ético.
El personaje de Rusell Crowe, el detective Richie Roberts interactúa muy poco con el de Denzel Washington, solo hacia el final los vemos colaborar para atrapar a los oficiales corruptos de la ciudad de Nueva York.
Son esos últimos instantes de la cinta en los que realmente se siente que ya ha sido muy larga, pero no por ello deja de ser una muy buena cinta y es mi favorita para la futura entrega del Oscar.
La ambientación se siente muy lograda, yo no viví en los años 70 pero si se siente que todo concuerda, la música como en todos los filmes de Scott tampoco desentona, muy muy recomendable, valio la pena esperar a que los genios que determinan las fechas de estreno en México le encontraran un hueco.
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