La lentitud de mi conexión y la critica tan dura no me han permitido poner todas las fotos de mis viajes a Japón, hoy tengo ganas de contarles en general como ha sido mi experiencia.
Hace ya casi un año que fui la primera vez, nunca en mi vida me imagine por esas tierras, durante mi adolescencia alguien me había dicho que “¿Por qué no estudias japonés?” y como yo era un poco poser me negué a la posibilidad porque no quería verme como la gran mayoría de los estudiantes de japonés, como un otaku venido a menos por la pobreza de opciones en cuanto al manga y el anime que llegan a nuestras tierras y el aspecto de Otaku, no quería ser tan “Clavado” y por esa razón tan tonta no estudié la lengua del archipiélago, una razón igual de tonta que la que me estuvo deteniendo para estudiar francés tantos años. Pero basta de lamentaciones, cuando entré a laborar a la empresa para la que presto mis servicios me dieron a entender que para que uno fuera a Japón debería tener al menos dos años trabajando en ella, así que con el viaje relámpago a Brasil me sentía más que “servido”, así que un buen día de Octubre que me dijeron que iba a ira un curso (no era yo la primera opción y no me lo dijeron con mucho gusto) en Noviembre si que me sorprendí y no terminaba de creerlo, además de que obviamente mi reacción fue sobria (y bien falsa, yo tenía ganas de gritar de la emoción) y fue un simple “OK” y seguí con mi trabajo como si me hubieran dicho que acaban de matar un mosquito en la recepción.
Ese fue un mes que ocurrió a una gran velocidad yo seguía con mis vistas y de hecho justo antes de irme estaba en Tijuana (como ocurrió en mis dos viajes) y me regresé solo a empacar y estaba un poco molesto como si el viaje a Japón fuera una molestia o un estorbo, pero esos arranques de niño tonto terminaron muy pronto porque solo eran quejitas tontas por los cambios de horario continuos, el vuelo fue eterno de ida (como siempre ocurre), pero yo estaba fascinado con el avión de JAL, tiene videojuegos y películas y eso que yo iba en la clase turista, no quiero imaginar como viajan los que van en el segundo piso, yo había estado leyendo sobre las recomendaciones al viajar a Japón y entre ellas estaba la de adquirir el Japan Rail Pass que antes de otra cosa déjenme decirles que si se los recomiendo, pero la compañera del trabajo con la que fui descarto la idea y por eso no lo adquirí, las razones luego las comento.
Al llegar a Narita, guau, uno de los aeropuertos más caros y modernos del mundo que tras de si también tuvo una historia de quejas y manifestaciones, pero a diferencia del gobierno blandengue de Fox, allá si se realizo, Narita no está en Tokio precisamente y la mejor manera de trasladarse a la ciudad es mediante el Narita Express o que alguien vaya por ti.
El día que llegué ya era sábado por la noche (el curso iniciaba el Lunes) y yo tenía en la mente ver la estatua de un perro que esta en Shibuya, ese día dormimos en Tokio en un hotel que vendía tarjetas de prepago para los canales porno y que tenía habitaciones muy muy pequeñas, salí y tuve mi primer contacto con mis amadas combinis, en este caso una de la cadena Newdays en la que confirme la enorme afición de los nipones por el cigarro y no recuerdo que comi, pero nada muy agresivo con mi estomago, regrese a mi pequeña cama y debo decir que dormí bien, al día siguiente al despertar estaba escuchando el podcast de PCgamer sobre el lanzamiento de la PS3 en Estados Unidos, así que probablemente mis vecinos de cuarto pudieron haber pensado que era yo un Americajin y ese día nos dirigimos a la prefectura de Gunma y la Ciudad de Maebashi que es donde tuvo lugar la primera mitad del curso, ese día conocí el Gunma Flower Park y un parque temático llamado Kronenberg y constante cuanto Brasileños están viendo en Japón pues había folletos en Portugués , creo que los peruanos son menos porque no había muchas cosas en Español (pero las hay) y llegamos a nuestro hotel, en Japón con todo y los avances en mucho hoteles todavía usan llaves, pero llaves, nada de tarjetas, no usan una llave física con un llavero enorme que sirve para colocarla junto a la puerta con una doble función, que sea el interruptor para el sistema de ahorro de energía y que no se pierda, siempre hay que dejarla en la recepción y pedirla al regresar, ese día me di cuenta de que o empezaba a comer con los palillos y a dejar de hacerle el feo a las cosas o me la iba a pasar comiendo en el combini, pero ese día comí carne como buen occidental.
Regresé a mi hotel y al día siguiente probé el desayuno continental, bastante familiar, huevos, jugo y piña, pero jamás he probado una piña tan buena como esa, era mi pequeño placer matutino, conocí a los otros asistentes del curso, un estadounidense, un francés, un alemán y nosotros dos, el mexicano y la mitad mexicana mitad japonesa.
Ese día también me di cuenta de que los japoneses que no han salido del país no hablan inglés pero ni por su vida, como todas las palabras las “japonizan” cuando no hay equivalente en japonés (y a veces aunque si lo haya) están acostumbrados a pronunciar las palabras extranjeras a su modo, así que ellos estaban hablando un japonés muy peculiar Katakanizado que en los primeros instantes es como una lengua totalmente distinta, eso hizo bastante difícil el curso, solo los japoneses que han salido de las islas hablaban o más bien pronunciaban bien el inglés, estoy seguro que hay muchos japoneses que son fluentes en inglés, leen y escriben a la perfección, pero a la hora de pronunciarlos…..¡dios! , a la hora de la comida llegaba otro problema, no conocía ningún platillo, no se me antojaban y no sabía comer con palillos, afortunadamente teníamos siempre tres opciones y casi todos los días había spaghetti que es uno de mis platillos favoritos y que con el tenedor se como comerlo con maestría, pero eso era una solución al mediodía en la noche había que batallar de nuevo con los palillos o ir al combini, esa primera semana los combine lo mejor que pude, y fue que conocí el Ramen, que te sirven en un plato en el que fácil cabría mi cabeza y tuve que comer a la usanza tradicional y he de decirles que me encantó, ya solo iba al combini por dulces (que los dulces son muy buenos y los panes también, eso si hay dulces que no he probado…ni probare porque se ven muy exoticos) y por bebidas, que déjenme contarles que el mercado japonés de softdrinks nunca está en reposo y tiene una oferta gigantesca, debo confesarme amante del Calpis y de sus jugos tan concentrados. El viernes regresamos a Tokio a decepcionarnos con el hotel que nos asignaron, más que nada porque por error nos habíamos metido a la parte buena y las recepcionistas bien lindas nos devolvieron a nuestra realidad, fue aquí que me comence a sentir empatía por todos estos japoneses que no son del todo felices en esta carrera por producir y tener dinero que es la vida en las grandes ciudades, de hecho ese día fui a la Torre de Tokio y pude contemplar lo enorme que es esa ciudad (la más grande del mundo nada más) y en la tarde terminé por Tokio Disney con un frío endemoniado, en la mañana habíamos pasado por el tradicional Asakuza donde aproveché para comprarle algo a mi madre y en la torre de Tokio algo a mi hermana.
Las dos son visitas obligadas si tienes tiempo e Tokio, pero en Tokio hay tanto que hacer que se vuelve angustiante el elegir lo que hay que hacer.
El domingo fuimos a Fuji San, pero no pudimos subir porque hacia tanto frío que el camino estaba cerrado, entonces nos fuimos a las cascadas de Shiraito (de hecho esa es la foto en el perfil) que vaya que si es un lugar muy bello. El Lunes nos toco visitar las oficinas de la empresa, además que en la semana anterior habíamos ido a Saitama, “participamos” en la Semicon Japan 2006 donde entre otras cosas queda constancia de que en Japón para cualquier Tradeshow hay más edecanes (superdelgadas) que productos en exhibición, eso fue el miércoles, el jueves teníamos que regresar a México pero yo aún tenía que ir a Shibuya y me habían metido la curiosidad de conocer Akihabara, así que el día antes de partir fuimos muy temprano, mala idea porque muchas tiendas están cerradas y debo decirles que la oferta no es la que uno podría llegar a esperar, muy triste terminé comprando un producto de la manzanita, a tantos kilómetros y tuve que cerciorarme que los de quinta generación se habían convertido en los mejores del mercado (por fin).
En esos viajes a Saitama fue que conocí el Shinkansen (tren bala) y por dentro no se siente la velocidad a la que viaja uno.
Regrese a México feliz porque me había sentido algo incomodo en Japón, agradecido por la oportunidad pero incomodo, aunque con el paso de los días me fui dando cuenta de todo lo que había vivido y hasta (cosa rara en mi) me sentí feliz por algunos instantes, el regresar al trajin y el vuelo que tuve que hacer enseguida a Tijuana si me hicieron dejar de pisar el Aeropuerto por lo menos un mes pues la espalda resiente esas travesías.
Para el segundo viaje mi sorpresa fue aun mayor pues ya no lo esperaba, con menos de seis meses ya había ido a las oficinas de la empresa y en Febrero mientras me reunía con Prismático me dieron de nueva cuenta la buena nueva, ahora si la espera se me hizo eterna pues me avisaron con más de tres meses de antelación y aún así para cuando regresara del viaje aún no iba a tener un año con la firma, creo que después de todo si tengo algo de suerte, en Abril había comenzado a estudiar japonés pero solo tuve unas tres horas y vamonos a Tijuana y luego a Japón, así que lo único que aprendí fue Kana, hiragana y un poquitin de katakana, pero ahora podía por lo menos leer todas estas palabras que aunque están en inglés se escriben en japonés, en mi curso me encontré con muchos chinos que hablan japonés, entre ellos la adorable Amanda y hasta un francés que también estaba haciendo sus pininos en dicha lengua, así que por lo menos andar en la calle constituía una especie de sesión de estudio, mi segundo viaje a Japón fue más largo pero se me hizo todavía más corto, la comida me encanta, las colegialas también aunque me inspiraban pensamientos bastante pecaminosos, y toda esta gente que en mayor o menor medida me explicaba un poco de japonés me lo hizo muy bueno, además en esta ocasión si contaba con el JAPAN RAIL PASS y pude visitar Akihabara en la noche y a mi paso, además de darme una escapada yo solo a Nagano ya al castillo de Matsumoto o a los jardines del emperador , además de que se “me hizo” conocer la antigua capital Kyoto, debo recordar que esto no es un viaje de placer, pero todo lo que pudiera extraerle era un plus, lo que no me permitió seguir vagando fue la perdida de mi Japan Rail Pass, si hasta este momento no me han oído quejarme de lo caro que esta todo en Japón es porque todos mis hoteles, transportes y alimentos los paga la empresa, pero para eso me habían dado mi Japan Rail Pass y se me acabaron los paseos, me quede sin visitar por segunda vez Yokohama. Pues la vez anterior solo llegué unos minutos y no pude ver mucho y ni porque estaba muy cerca conocí Kamakura o el monte Takao o o o ….
Japón no se va amover, siempre habrá oportunidad de visitarlo otra vez, en esta ocasión me dolió todavía más lo breve del recorrido, pero ya estaba listo para volver a México.
Hoy en día ya no estudio japonés, porque mi grupo estaba formado por curiosos que a las primeras de cambio desertaron y al final del curso pasado éramos solo dos los que quedábamos.
Gracias, eh
Estudiar japonés es solo un capricho que tengo, pero no me gusta dejar las cosas inconclusas, así que más adelante tendré que ver como hacerle. Quiero volver a Japón cuando tenga 30, de momento a donde quiero ir es a China (y lo más pronto posible, así que a ahorrar)
Hay mucho más que decir, pero los recuerdos se me arremolinan.
Si has leído todo, todo este post kilométrico, gracias.
Voy a quitar la galería de flickr de la barra lateral, ya es hora, lleva casi 10 meses ahí
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