Monday, May 21, 2007

Jiff @ Japón parte n-sima

No he actualizado con la debida frecuencia a pesar de que he visto, experimentado y pensando muchas cosas, vayamos por partes, el viernes el plan era ir al mítico Roppongi, pero para mi eso hubiera sido falta de congruencia, ustedes saben, yo soy el amargado que no conoce de antros.

En lo que hacíamos planes para esa teórica visita yo estaba haciendo el video de la sopa y no tenía ganas de ir a comer con mis compañeros por chillones de que la comida era mala y que ya estaban hartos, pero termine acompañándolos, ustedes saben, el espíritu de equipo y todo eso. Y terminamos en un restaurante italiano, y tuve la visión que más sensación de necesidad de hablar japonés me ha dejado en mi vida, sólo había mujeres, mujeres solas, mujeres con una amiga, mujeres con dos amigas, sólo mujeres y ya saben que a mi las niponas me gustan bastantito, pero mis conocimientos de la lengua del archipiélago son casi inexistentes, así que (como siempre) me quede mirando (y sollozando.), después de ver que mis compañeros no podían encontrar el mentado sitio (lo estaban buscando en el mapa más grande que menciona los sitios que rodean Tokio y no a la ciudad en si) me fui a dormir (a la mañana siguiente les explique su error con la sonrisa de “que pendejos son”) porque me quería levantar temprano y aprovechar el único día libre que tenía en esta visita, me debatía entre ir al Monte Takao, a los Jardines del palacio imperial, a Nagano o a algún otro sitio, al parecer el emperador andaba por Europa y sin él no hay función, eso me lo había explicado la amable china que es mi compañera de mesa, pero en la noche ya no pude decidir, así que decidí dormirme y levantarme como a las 4:00 am para investigar, pero no me levante y a las 7 de la mañana ya iba a camino a la estación de Tokio y los jardines imperiales.


El destino típico de los que están por primera vez en Tokio es el monte Fuji y la “Tokio Tower”, pero yo ya estuve en esos lugares (de hecho antes de salir de México estaba subiendo las fotos para contarles mi visita a ese lugar) así que no me uní a ninguno de los grupos que se estaba organizando y menos a mis compañeros, una vez comprobada mi teoría de que en Japón es imposible perderse y que el inglés mexicano es fácil de entender para los nativos ya no sentía ninguna responsabilidad.

Al salir de la estación de Tokio me quede asombrado de su fachada,



estuve feliz tomando video y fotos y camine hacia los jardines



de igual modo, al llegar me encontré con muchos japoneses con bandas en la cabeza y números en el pecho,




y a muchos más haciendo algo que tuve que interpretar como “echando porras”, obviamente no entendía, pero, ¿qué más podrían estar haciendo a un lado de la angosta banqueta y dirigiéndose a los que corrían?, pero además de los que competían estaban los deportistas habituales (ustedes saben, en Japón incluso tienen su día del deporte en octubre conmemorando Tokio 64) y pude ver cuan falso es aquello de que todos los asiáticos son iguales, si ni siquiera los japoneses son todos iguales y las japonesas menos, me toco ver a tres muy bellas niponas de facciones e incluso tonalidades muy distintas, la última tenía unos lunares en el rostro que …..que bárbaro y se dio cuenta de que me hipnotizo cuando la vi, creo que en ese momento se me olvido que estaba haciendo y que quería aprovechar el resto del día, seguí caminando y admirando la ciudad más grande del mundo, me tope con esos malditos cuervos “penosos” que justo cuando terminaba de enfocarlos se quitaban, vi algunas de las embajadas, como la británica y muchos “sub parques” con esculturas y por fin entre a los jardines, que vaya que si son bellos, seguía lloviendo esporádicamente, el clima del mayo japonés es muy húmedo y

las lluvias son constantes, aunque breves, el aroma de ciertas secciones, el efecto de alejarte de la ruidosa ciudad con todos sus sonidos y la contaminación visual de esos anuncios que jamás ganaran un premio al diseño (pero eso es parte de la cultura asiática, si vieran cuan diferentes son los chinos y los japoneses para hacer la presentación, los americanos y los europeos usamos imágenes, pocas y hablamos, los asiáticos escriben mucho y leen todo, uno podría muy fácilmente deshacerse del expositor y salir más o menos con la misma información), además al interior hay un museos, como era el día internacional de los museos no podían dejar pasar la oportunidad, aunque les dire que es como si ustedes fueran muy muy ricos y poderosos y su hijo de tres años hiciera unos dibujos de los que toda madre pone en el refrigerador, pero ustedes como pueden, cuando este niño se va del nido materno construyen un museo para exhibir el talento de su vástago, no es una crítica informada pues como saben de las artes soy un ignaro completo, pero nada del otro mundo, aproveche para comprarle unas postales a la autora de mis días y practicar unas de las pocas palabras de mi inexistente japonés (こしら) y mi amplio lenguaje de señas, otra cosa que me permite afirmar que no hay modo de perderse en Japón, yo recomiendo el ingles, pero a las señas NADA les gana, mientras estaba en el jardín tuve contacto visual con muchos otros extranjeros (todas las nacionalidades están presentes) y no se como describirles esa ….”Comunión” que tiene como de hermandad en este país único (pero en realidad muy amigable con el turista) y solidaridad por el continuo estira y afloja de la barrera cultural y lingüística, cuando salí del museo me encontré a un italiano que detecto el español en mi inglés (no se como lo hizo si nadie me cree que soy mexicano, tal vez mi Jersey del América me delato) y me tomó una de las pocas fotos en que aparezco yo, no se, no me gustan las fotos que me toman, a lo mejor espero mucho de la persona que esta detrás de la cámara, pero siempre hay o mucho zoom o yo estoy muy pequeño y al centro o me toman los zapatos, así que por eso, además de que me gusta ir solo no suelo aparecer mucho en mis fotos.

Al salir de los jardines, la cámara ya no tenía batería, razón por la cual ya no estaba seguro de ir al monte Takao (les digo que me salí sin plan) y pensé regresar a Fujisawa, comer algo mientras cargaba la cámara y lanzarme a Kamakura, pero se me hacia matar mi único día libre, por ello también cruzo por mi mente quedarme en Tokio y visitar los famosos barrios de Shinjuku y Ginza, de los cuales hay suficientes fotografías, pero estar en Tokio no se me hizo tan buena idea, me odie por no llevar el cargador porque en todas las estaciones hay donde conectarse (el primer mundo, ya saben) y obviamente hay comida en TODAS partes, no me decidía y me metí a comer a un mall que esta enfrente de la Tokio station en donde hay comida de todos lados, pero también hay un montón de cola y no tenía mucho tiempo, así que me metí a un lugar de kushiage que no estuvo tan mal (carísimo eso si, el Mikasa ya no me parece tan inflado) y regrese al metro y me fui a Nagano, fueron casi dos horas en el shinkansen y al llegar me desespero el no tener batería y hasta pensé en regresarme pero también hay malls por doquier y por poco me compró otra batería (pero estoy quebrado), comí algo y armado de valor me encamine a Matsumoto まつもと , donde lo único que hay es un castillo pero alla fui, otra hora y media entre esperar el tren la la linea Chuo que me llevo para dicha ciudad que esta bastante bien y me encontre a unos mormones muy amables de los que no me pude deshacer (¿les conté aquello de la comunión?) y me quitaron mucho tiempo.

Cuando por fin llegué al castillo, nada de nada, estaba cerrado y con poca gente y nadie tan tonto como para usar una cámara Sony, estaba punto de irme hasta que mediante señas unos chinos me ayudaron (mis ideas sobre los chinos han cambiado mucho, por eso voy a quitar una liga de la barra lateral, aunque si hay un pinche chino que me cae en la punta) y tome dos fotos (si, seis, casi siete horas de viaje para dos fotos, aunque estaba muy pero muy lejos) y en mi viaje de regreso pude entender muchas cosas de los japoneses, la necesidad de que la gente consuma, el porque leen tanto en esos viajes tan largos, el porque hay comida donde sea, si uno estuviera cuatro horas viajando todos los días agradecerías cualquier ayuda que pudieras recibir para salir de casa a la hora adecuada, en ese momento creo que estuve dispuesto a volver a México, digo, me encanta Japón, ahora si, cuenten conmigo cuando quieran para venir, pero ahí comprendí la enorme diferencia que hay entre mi México y esta nación, hay algunas cosas muy tristes como que en México no pueda hacer esto, escribir en el tren con la certeza de que al descender voy a conservar el equipo (ahora entiendo porque en Asia son tan populares las portátiles de 12” ) o dormir en dicho medio de transporte y dejar mis cosas solas y lejos de mi con seguridad, mi Japan rail Pass, mi pasaporte, mi dinero, etc,

Ya me estoy desviando del asunto, para terminar mi día fui de nuevo a comer sushi en Shinagawa, el lugar me encanta y siempre que voy me pregunto si será esta la última vez que lo visito, ya estaba dejando mi iPod, pero uno de los cocineros me aviso, les digo que aquí el problema no es la gente, son muy honestos con todo y que uno es un extranjero y no termina de caerles muy bien.
Y me encamine a Fujisawa, cosa muy rara, no todas las líneas funcionaban porque hubo un accidente en el shinkansen, tal vez un suicidio de los que aquí nunca faltan (Tokio ya no me afecta afortunadamente), pero no me afecto, vi a tres japonesas que estaban muy bonitas en mi camino de retorno y pude ver lo que les describía hace algunos meses, aquí siempre hay gente durmiendo, siempre de los siempres y se despiertan, dicen dos o tres cosas, mandan un mensaje o dos con el celular (porque aquí no esta bien visto hablar en los trenes o ir con tus audífonos de escandaloso) y de nuevo se vuelven a dormir.

Llegue a Fujisawa 藤沢 y Sali por agua pues me di cuenta que en todo el día no había bebido más que un par de jugos “tamaño japonés” y no me sentía muy bien, me dormí y me prepare para el viaje a Kyoto.

Tengo tres días para aprender hiragana 平仮名 y no voy muy bien, seguro que me leo cuanto cartel me encuentro, pero casí todos tiene katakana (que no esta mal, pero es mucha información y el poco francés que sabia se me esta olvidando)

Ok, desde el shinkansen de Kyoto a Odawara reporto JIFF,
Cuidense.
El sábado estoy por mi mexicalpan de las tunas.
  

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