Mérida se estaba convirtiendo en mi nueva Guadalajara, ciudades que he visitado en por lo menos tres ocasiones, pero que no conozco, es lo malo de ser un trabajador responsable y ofrecerle a las personas que visito que dispongan de mi tiempo desde muy temprano y no pedir descanso hasta que me van a botar al hotel.
El más reciente también fue un viaje breve, sólo una noche, así que intenté aprovechar mi muy pequeño margen de maniobra (larga historia) para conocer la vecindad del hotel, era el inicio del carnaval (aunque un inicio bastante anti-climático, para cuando salí a la calle ya todo había terminado) y acompañado de mi vilipendiada cámara salí a caminar.
El más reciente también fue un viaje breve, sólo una noche, así que intenté aprovechar mi muy pequeño margen de maniobra (larga historia) para conocer la vecindad del hotel, era el inicio del carnaval (aunque un inicio bastante anti-climático, para cuando salí a la calle ya todo había terminado) y acompañado de mi vilipendiada cámara salí a caminar.
No paso mucho tiempo para que llegara al parque frente al ayuntamiento (un parque en línea) y en lo que me maravillaba del lugar y probaba las marquesitas, ya tuviera que volver a dormir.
Mérida definitivamente tiene cosas muy buenas, es lo positivo de las ciudades de menos de un millón de habitantes, no se siente el caos ordenado, la gran mayoría de las calles con números por lo que es muy fácil navegarlas, los parque con internet y enchufes eléctricos...y la comida, que bárbaro, yo podría comer panuchos cada tercer día y no cansarme
Mérida definitivamente tiene cosas muy buenas, es lo positivo de las ciudades de menos de un millón de habitantes, no se siente el caos ordenado, la gran mayoría de las calles con números por lo que es muy fácil navegarlas, los parque con internet y enchufes eléctricos...y la comida, que bárbaro, yo podría comer panuchos cada tercer día y no cansarme