Sobre el tema de Uber hay muchas voces (ahí está el
#ubersequeda) , pero creo que no mucho análisis.
De nuevo, el corto-plazismo y la estrechez de miras.
Uber no es parte de la
Sharing economy, los que están prestando el servicio no lo hacen por "conocer gente" ni "no aburrirse en casa" , eso último es especialmente doloroso en la intransitable ciudad de México.
Para que
uber exista tiene que haber una terrible desigualdad en ingresos, están los que pueden pagar (y en este caso prefieren uber porque son unidades en mejor estado y con tarifas accesibles, sin taximetros alterados) y los que necesitan o quieren un ingreso sin tener que pasar por el burocrático esquema de las placas.
Aquí el ganador es uber, que recibe ingresos sin mucho riesgo o inversión (el software no cuesta más cuando se copia), no son en muchas ocasiones sus conductores, y tampoco lo son los taxistas que sienten que el esquema al que entraron no está siendo protegido.
Ahora bien, ya lo hemos dicho antes, cuando los gobiernos avientan leyes a competir con una tecnología, las cosas no mejoran.
Aqui en serio nadie gana, ni los conductores de uber, ni los taxistas, y menos los usuarios.
Que podría haber pasado si los taxistas tuvieran que competir con uber, no sé, tal vez dejar de adueñarse los objetos olvidados, negar el servicio porque "no les queda", ponerle un aromatizante al auto y/o tenerlo en mejor estado, todas cosas que ahora no tendrán incentivo para implementar.