Menos de 168 horas me quedan trabajando en la empresa para la que actualmente presto mis servicios, estoy en el aeropuerto a punto de salir hacia Mexicali, lugar que conocía gracias a ésta compañia y pues es la última vez, por lo menos por ahora, me siento raro, triste, algo nostalgico, ésta vida, la de los aeropuertos, las salas de espera, los taxis, los cuartos de hotel también tiene lados muy positivos y la estoy dejando.
Cierto que así es más fácil concretar algo en las tardes al salir de trabajar, cuando sabes si vas a estar en la ciudad, pero siempre les estaré agradecido por la oportunidad de conocer esas ciudades desde las que estuve escribiendo éstos últimos dos años.
Me hubiera gustado que las cosas hubieran funcionado de otro modo y poder hacer "huesos viejos" con ellos, pero tampoco tengo tanto tiempo.
nos leemos desde Baja California