Nuestra sociedad es muchas cosas, pero ninguna de ellas es madura.
Eso se refleja en la actitud del mexicano de llegar tarde (casí todos lo hacen), de tirar la chingada basura en la calle o por la ventana del camión, eso si da coraje, y claro se les olvida que cuando uno sale del país es un embajador y debe procurar no poner nuestro nombre por los suelos, pero eso no va a pasar jamas con los mexicanos, en alemania les dieron chance de beber en la calle (que aquí también lo hacen aunque sea en la entrada de las "tienditas") y fueron a hacer su desmadre, somos un pais de tercermundo porque nuestra gente se comporta como de tercera.
Alemania 2006 Nuremberg pagó las consecuencias por la victoria de México
MEDIOTIEMPO Agencias
12 de Junio de 2006
- Hubo un alto nivel de consumo de alcohol
Nuremberg pagó las consecuencias de los excesos, hoy amaneció llena de basura y en sus bares al aire libre el desorden apareció con mesas y sillas tiradas, todo después del triunfo de México 3-1 sobre Irán en la Copa del Mundo Alemania 2006.
Tan pronto culminó el primer duelo del equipo mexicano en el estadio de Neurember el festejo se prolongó por la ciudad, desde la salida del inmueble mundialista hasta el centro de la misma. Los cantos, porras y gritos de "Viva México" llegaron a trastocar su tranquilidad.
La novedad de tomar alcohol en las calles sin restricción alguna, algo que no ocurre en México, hizo que muchos de los fanáticos "tricolores" empezaran a tomar desde un día antes del encuentro frente a Irán, fecha en que los 30 mil aficionados iniciaron su arribo para apoyar a la Selección.
Los negocios se vieron favorecidos en sus ventas y permanecieron con sus puertas abiertas, pero también sufrieron su parte desagradable, sobre todo los que están al aire libre en el corazón de esta ciudad.
Eran apenas las dos de la mañana del lunes, siete de la noche del domingo en México, cuando la ciudad estaba de cabeza. En "montón" y pasados de alcohol, los mexicanos no respetaron nada y a nadie.
La basura encontró en el piso su destino más cercano, las mesas y sillas hechas de fierro forjado aparecían caídas en el suelo; algunos mexicanos vomitaban, otros orinaban y unos más coqueteaban con alemanas que se dejaban "querer" por los aficionados. Parecían pasarla bien.
Las estación del tren se convirtió en un gran hotel, donde cientos de personas -la mayoría mexicanos- decidieron pasar allí la noche, además que será el punto de reunión para viajar todos juntos a Hannover, donde México enfrentará el 16 de Junio a su similar de Angola.
La policía no los molestó, a pesar de que el ruido de tambores y trompetas, gritos y desorden no dejaron dormir a Nuremberg, que amaneció sucia y desvelada. Los oficiales reían e incluso hasta se tomaban fotos con los mexicanos: "Ese mi poli, vamos a tomarnos una foto", decían los mexicanos mientras abrazaban a unos "dóciles" encargados de establecer el orden.
"Quiero una torta al pastor y te quiero a ti muñequita, puedes salir a dar una vuelta conmigo", le decían a la cajera de un restaurante que hablaba perfecto español, "mira, mira cómo son los alemanas, apenas les dices muñequitas y caen rendiditas", presumían vanidosos.
Así fue como se presentó la afición mexicana en Nuremberg, un excelente apoyo para el equipo mexicano dentro del terreno de juego, pero fuera de él descontrolada y excesiva.