Es difícil aceptar que apenas hace unos años parecía que el mundo entero iba en la dirección correcta, la ilusión de que vivíamos en un parte aguas historico en el que el pecado original de los Estados Unidos podía comenzar a ser superado, que ser un "y", como Obama, que era (como el sketch de Jon Stewart explotaba bien" negro y blanco, liberal y religioso, sería la nueva norma.
De verdad deja un trago muy amargo la mezquindad del Tea Party, que gente asquerosa como Ted Cruz, y un gran número de votantes ignorantes y miopes nos hayan revertido a este horrendo mundo de la administración Trump, en el que los ricos seguirán haciéndose más ricos, ahora sin tapujos o subterfugios.