¡Crear o morir! |
El nuevo libro de Andrés Oppenheimer será repudiado por los mismos que le acusan de derechoso, servil al "imperio" y demás vestigios del pasado.
Y puede que esa sea una buena señal, es más, quienes no hayan alcanzado conclusiones similares a las del periodista argentino puede que sean parte del problema.
Se ha señalado muchas veces, en el caso particular de México que es el que conocemos, que de nada sirve que tanta gente vaya a la universidad si están estudiando filosofía, piscología, historia... y quieren vivir de becas, sin trabajar hasta que ya no les queda de otra, y luego demandan los "salarios de acuerdo a su nivel de preparación".
En este país del "imperativo moral" y la indignación e inacción como deporte nacional , estas personas no quieren ser empresarios, no quieren ser sus propios jefes, pero también con recursos mentales dignos de siglos pasados denuncian la injerencia extranjera y la sumisión a las transacionales...ridículos, la definición del mexicano que comulga con estas ideas sería "nada les embona".
América Latina o letrinoamerica como a veces hemos tenido que definirla sufre de gente muy vocal, con muchos juicios hechos, ideas anquilosadas y poca introspección, siempre hay un culpable, el infierno son los otros, "el gobierno tiene la obligación..." , siempre tenemos una respuesta lista, pero nunca un espejo que no ayude a percibir como contribuimos a lo mismo que denunciamos.
Yo soy egresado del Politécnico, di clases en varias escuelas privadas y percibo que un poco de esa "mentalidad o vocación emprendedora" no estaría mal en mi alma mater, pero la opinión generalizada es que estoy mal, que los empresarios son villanos y la pobreza y el trabajo excesivo son virtudes.
Yo no le veo cara de villanos a los empresarios, a lo mucho siento que la clase empresarial mexicana está atrapada en el tiempo y sufre los mismos problemas que la sociedad, nada de innovación y una muy inflada imagen propia.
Por eso me sorprendió que este libro en la ciudad de México se presentará en el club de Industriales de Polanco (saco y corbata requisitos, en franca oposición a lo que se describe en ciudades que fomentan la innovación)
El mensaje del libro es claro, aquí en América Latina falta hacer que el fracaso no te marque de por vida, la única manera de innovar es iterando, probando y adaptándose a los cambios en la tecnología, en el consumidor y el entorno.
Eso es lo principal, que la educación mejore, que como estrategia nacional haya un límite a la cantidad de historiadores y psicólogos, que no lo hagan por evadir a las matemáticas (de nuevo, hay que buscar mejores modos de enseñarlas) y que superemos esa idea estúpida del "conocimiento puro" que no nos ayuda , ¿qué mejor que resolver problemas reales, generar patentes, conocimiento, empleos y riqueza o empresas sociales? (recuerdo que se "hizo un pancho" cuando las donas bimbo fueron sujeto de estudio)
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