Como le contaba a una amiga twittera, ha sido un periodo de locura, los años siempre se precipitan hacia el fin una vez que arranca el ciclo escolar, el otoño en este hemisferio que está marcado por los 秋祭り, el inicio de la temporada de la NFL (y la NBA ...a veces) , el cambio de color de las hojas y las temporadas de compras, se dice que no es la mejor época para buscar trabajo, en mi caso, nada ha sido lo que esperaba, en Julio yo todavía contemplaba laborar en la UVM, no paso, me fui al ITESM, muchos exámenes y cursos, y llego el comite tutorial (hace muy poco) , después de mi regreso de un viaje relámpago a los Ángeles, y una decisión (que al final, que es la única manera de evaluarlas) que no fue la más acertada de dejarlo, me dediqué de tiempo completo (por unos 10 días) a la maestría y le invertí incluso algunos (para mi un buen de) centavos, luego acepté una oferta, arranqué, y volví a eso de la burocracia en los puestos de trabajo, es una dicotomía terrible, uno mirando hacia el cielo, observando el mapa y pensando en las posibilidades, y los burócratas dando lata con los formatos..., un ojo a que hora estás en la puerta y no a lo que hacen (esa parte no la extrañé) y también a esas semanas en que te pones unas de perro bailarín, no dormir, mucho auto, mucha junta, también sus cosas buenas, de repente manjares y sitios que uno no visita por estar fuera de su presupuesto ¿a donde se fue esta semana?, nuevos retos, mudanzas y , pues, nos vemos en Monterrey