Lo que voy a contar ahora tiene una muy larga historia que se remontan a mediados de la decada pasada.
Cuando yo vivía en Dramaturgos, asistía a la secundaria “Héroes de la libertad” y me quedaba a unos 10 minutos caminando, en realidad esta muy cerca, pero yo era más chaparrito, obviamente no tenía excusa para llegar tarde, bueno, si, si tenía una, mi mamá me obligaba a esperar a mi hermana y la señorita siempre nos hacia llegar en la tolerancia, pero eso cambio un poco antes de terminar el segundo grado de la secundaria, ese par de meses nos fuimos a Calacoaya y ya no era tan fácil llegar a tiempo pues había que tomar el camión, como la experiencia era nueva para mi no me desagradaba, el problema vino que en ese verano del 94 nos fuimos a casa de mi abuela y literalmente me dedique a “echarla” (no hacia mucho más que comer, jugar con el SNES o el Atari 2600, rentar películas en una Multiplaza que abrieron por aquellos tiempos muy cerca de ahí, comer, grabarle Candy a mi hermana y dormir, de hecho a veces ni me bañaba y sólo salía a comprar mis comics, que en ocasiones me obligaban a desplazarme hasta el Comicastle del Toreo) y cuando hubo que regresar a clases mi mamá no me podía llevar todos los días, aunque como siempre se me hacía tarde terminaba llevándome y acelerando en el periférico como no me lo permitiría a mi aunque tenga los años que tenga, pero muchas veces tenía que irme en camión, sobre todo porque en aquellos días el “hoy no circula” era realmente obligatorio, no había nada de calcomanías 0 y 00 (este post se está volviendo muy localista, el Hoy no circula es un programa que busca combatir la contaminación de la ciudad de México y aún hoy día se sigue modificando, en los 80s era voluntario) y por lo menos un día a la semana tenía que caminar a la parada del bus, luego tomar uno que atravesara el molino y me llevara al periférico para llegar a Plaza Satélite y de ahí tomar uno que me llevara a Oradores y caminar a la secundaria, no sé si ese desplazamiento mermo mi rendimiento, pero el tercer año de secundaria fue en el que tuve el promedio más bajo (también las hormonas por fin estaban despertando) y en general no terminaba de estar contento conmigo mismo.
Ya me prolongue muchísimo y yo sólo quería dar una introducción, pero bueno, si ustedes siguen leyendo, sigamos, al año siguiente entre a la vocacional #9 y pues ya estaba en la tarde y me levantaba tarde, muy tarde y fueron más bien pocas las ocasiones en que llegué a ir en la mañana a la voca, sólo iba a jugar basketball (durante la vocacional fue que me enamore del deporte ráfaga) y pues no importaba cuanto me desvelara, al día siguiente entraba a clases hasta las 15 o ya muy temprano 13 horas. Y eso crea malos hábitos.
Después de muchos años entre a la universidad (seis años después de entrar a la preparatoria) y estaba en la mañana por fin después de tanto tiempo y obviamente aquello era un choque porque ni siquiera cuando estuve dando clases en Conamat Cuitlahuac me tenía que levantar tan temprano y dar clases lo podía hacer medio dormido y aparte en mi primera estancia en Conamat podía comer, fumar, sentarme en el suelo, ir con pantalones rotos, sin rasurar y en general tener mi salón hecho un “desma***dr*” , así que hasta eso no me preocupaba más que llegar a las 08:00 y después me iba a mi salón, aunque como yo era el nuevo mi salón cambiaba según el día.
De nuevo ya estoy divagando, bueno, mi primer año en la universidad lo de llegar a clases no era tan importante porque tenía cálculo y mi maestro era un libidinoso huevon que me ponía a mi a dar la clase cuando se me ocurria asistir y yo nunca me negue, después de todo era Cálculo bastante básico y la idea de dar mi primera clase en E.S.I.M.E. a los 20 no me molestaba, al siguiente semestre era Física II y tampoco asistía, pero algunos días también tenía Dibujo y Mecánica y mis maestras se “paraban de pestañas” con mis continuas inasistencias.
Después de fue haciendo más necesario asistir a clases a las 7:00 de la mañana, pero ello me implicaba levantarme casi dos horas antes y yo llegaba de trabajar como a las 21 horas y esa era la época en que me compré mi primera computadora y jugaba Age of Empires, así que dormir no era algo que hiciera mucho y faltaba mucho a las primeras horas, el problema es que no ir a la primera hora me permitía dormir solo unos 40 minutos más, ya saben la belleza de la dinámica del tráfico en una ciudad enorme, así que a veces también llegaba tarde a la segunda clase o no asistia y viajaba dos horas y media en ir y venir de la escuela para tener una hora de clase, de hecho a veces sólo iba para ver a cierta tía.
Entonces ahora que estoy asistiendo al francés los sábados también me da por llegar tardísimo y de hecho en ninguno de los cursos he asistido a todas las horas, por diversos motivos, algunos mejores que otros, pero hoy que llegue y vi a mi maestra…..es guapa y algo me dice que ya voy a llegar temprano.
Ya me prolongue muchísimo y yo sólo quería dar una introducción, pero bueno, si ustedes siguen leyendo, sigamos, al año siguiente entre a la vocacional #9 y pues ya estaba en la tarde y me levantaba tarde, muy tarde y fueron más bien pocas las ocasiones en que llegué a ir en la mañana a la voca, sólo iba a jugar basketball (durante la vocacional fue que me enamore del deporte ráfaga) y pues no importaba cuanto me desvelara, al día siguiente entraba a clases hasta las 15 o ya muy temprano 13 horas. Y eso crea malos hábitos.
Después de muchos años entre a la universidad (seis años después de entrar a la preparatoria) y estaba en la mañana por fin después de tanto tiempo y obviamente aquello era un choque porque ni siquiera cuando estuve dando clases en Conamat Cuitlahuac me tenía que levantar tan temprano y dar clases lo podía hacer medio dormido y aparte en mi primera estancia en Conamat podía comer, fumar, sentarme en el suelo, ir con pantalones rotos, sin rasurar y en general tener mi salón hecho un “desma***dr*” , así que hasta eso no me preocupaba más que llegar a las 08:00 y después me iba a mi salón, aunque como yo era el nuevo mi salón cambiaba según el día.
De nuevo ya estoy divagando, bueno, mi primer año en la universidad lo de llegar a clases no era tan importante porque tenía cálculo y mi maestro era un libidinoso huevon que me ponía a mi a dar la clase cuando se me ocurria asistir y yo nunca me negue, después de todo era Cálculo bastante básico y la idea de dar mi primera clase en E.S.I.M.E. a los 20 no me molestaba, al siguiente semestre era Física II y tampoco asistía, pero algunos días también tenía Dibujo y Mecánica y mis maestras se “paraban de pestañas” con mis continuas inasistencias.
Después de fue haciendo más necesario asistir a clases a las 7:00 de la mañana, pero ello me implicaba levantarme casi dos horas antes y yo llegaba de trabajar como a las 21 horas y esa era la época en que me compré mi primera computadora y jugaba Age of Empires, así que dormir no era algo que hiciera mucho y faltaba mucho a las primeras horas, el problema es que no ir a la primera hora me permitía dormir solo unos 40 minutos más, ya saben la belleza de la dinámica del tráfico en una ciudad enorme, así que a veces también llegaba tarde a la segunda clase o no asistia y viajaba dos horas y media en ir y venir de la escuela para tener una hora de clase, de hecho a veces sólo iba para ver a cierta tía.
Entonces ahora que estoy asistiendo al francés los sábados también me da por llegar tardísimo y de hecho en ninguno de los cursos he asistido a todas las horas, por diversos motivos, algunos mejores que otros, pero hoy que llegue y vi a mi maestra…..es guapa y algo me dice que ya voy a llegar temprano.
Bueno, esto se suponía que iba a ser una entrada muy breve, pero ya se prolongo.