Es como un opiode por lo adictivo, es un juego que te hace gritar de la frustración, con controles precisos, donde eres tú el que fracasa, si tan sólo hubieras evadido en lugar de arrojar una granada, o tenido un poco más de paciencia, o ...tenido mejor suerte con las armas que te llegan al azar...o si hubieses tenido mejor juicio.
Tiene un estilo visual que nos recuerda los días de los 16 bits, con un gran diseño sonoro que hace que las armas y los enemigos conecten con "fuerza", una paleta de colores que va cambiando conforme avanzas, y lo mejor, te hace creer que intentarás sólo una carrera más.
Puedes intentar recorrer todo el escenario en pos de alcanzar las puertas que se cierran después de un breve periodo, las mismas contienen aditamentos y recompensas, o, en su defecto puedes limpiar recorrer cada esquina de lugar donde te encuentras, en busca de combate, recompensas monetaria y elevar tus estadísticas.
Muy en línea con Nioh, Bloodborne y Dark Souls, es un juego donde cuando mueres pierdes todo, y eso hace que cada encuentro tenga una tensión enorme.
Creo que este es mi juego del año, aunque, ahí viene el otroño y dos grandes sagas, de mucha tradición, otras apariciones en la cultura popular están en camino, a diferencia de este juego que comenzó su andar como un early access (y se ha convertido en un referente de éxito en ese enfoque)
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