Un buen día de septiembre de 2006 por fin ingrese a las filas del widescreen gaming (también otras cosas) con un monitor de la marca consentida de casa (nunca tuve un pixel muerto, así que ya entenderán porque todos mis monitores tienen aves), desde entonces hasta hoy tuvo etapas de inactividad como el rato que paso hasta que compré mi 8800GTS y etapas de uso y abuso como mis largas sesiones de Bioshock o de Team Fortress II, ahora éste noble monitor nos dice adios y se va a vivir al distrito Federal, ya no jugara tanto, ya no mostrara tantos caracteres en japonés y se le extrañara mucho.
La última captura de pantalla antes de desactivarlo, ahora las tareas de salida de vídeo estaran de nuevo a cargo del Viewsonic G90f que llego aquí después de una autentica travesía en 2005, poco antes del estreno de Episode III.
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